EL PAN DE CADA DÍA, DANOSLO HOY...
MENSAJE : HUMILLAOS A VOSOTROS MISMOS.
76 Yo siempre me he dado cuenta que un hombre que se humilla a sí mismo, es el hombre que Dios exhalta. Por ejemplo, una persona orgullosa que sabe todo, y que uno no le puede decir nada, y es arrogante, y, bueno, esa es la persona que nunca llega a nada. Empero a lo contrario, Ud. mire esa persona que se humilla a sí misma y camina dulcemente.
77 Yo estaba conversando con un hombre el otro día, que está apenas en eso de organizar una iglesia allá en la . . . Se salió de una organización en la que habían estado. Y, bueno, es el Hermano Boze, . . . y habían tenido esa gran iglesia ahí por mucho tiempo, y el Señor estaba bendiciendo. Luego la gente llegó al punto de querer pulirla como las demás, y querer meterla en una organización. Y cuando lo hicieron, esos humildes Cristianos allí dentro no quisieron eso. Ellos habían sido enseñados en contra de eso todas sus vidas, así que se apartaron de eso. Ahora ellos tienen su grupo, y el Señor los ha bendecido al grado que ahora ellos se están ubicando en un lugar grande otra vez, en una iglesia que abarca alrededor de cuatro a cinco mil personas, y están empezando de nuevo.
78 Y ellos vinieron conmigo, y dijeron: "Hermano Branham," (sentados ahí mismo en la oficina de la iglesia, el otro día) . . . Y él dijo, uno de los líderes, el Hno Carlson y ellos, dijeron: "Qué debemos de hacer?"
79 Yo dije: "Busquen a un hombre para que sea el pastor, que no tenga ninguna reputación en cuanto a denominación; que sea un verdadero hermano humilde, dulce y genuino, que viva la Vida. Dios se encargará de los demás, ven." Yo dije: "Un buen pastor que alimentará las ovejas, y será humilde y demás, Dios hará lo demás. No un gran sabelotodo entrando, que va a poner esto en orden, y esto tiene que estar de esta manera, y cortando las cosas." Yo dije: "Nunca funcionará. Uds. tienen que . . ."
80 Eso es todo, cada pieza en la iglesia tiene que obrar juntamente, y Uds. deben de mantener en acción la parte que les toca. Así que, vemos en qué tiempo estamos viviendo. Pueda que estemos más cerca de lo que pensamos estar.
83 Es como todo lo que se habla en lenguas, nosotros no lo creemos; pero cuando viene la interpretación a decirnos de algo que va a acontecer, y lo vemos acontecer, entonces le damos gracias a Dios por ello. ¿Ven?
84 Queremos mantener la cosa corriendo dulce y suavemente, y en el orden del Señor. Así que, acuérdense, que la parte suya puede ser el muelle, o puede ser alguna pequeña manecilla, o alguna partecita, o el botón que le da cuerda, o lo que sea que fuera; o puede ser las manecillas de la carátula del reloj, que dan el tiempo. Pero sea lo que sea, se requiere a todos nosotros trabajando juntos en armonía con el Evangelio de Jesucristo, para traer esto a suceder.
85 ¡Póngase a pensar! Si los dones son tan grandes, a lo que nosotros llamamos poder; y Pablo dijo: "Y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy." Piensen en ello.
86 Y aunque decimos: "Bueno, aunque yo entiendo . . . Desearía conocer la Biblia."
87 "Y si entendiese todos los misterios de Dios, ven, y aunque yo pudiera entenderlos y no tengo amor, nada soy. Ven, no he llegado a ningún lugar todavía." Ven, lo principal es: amar a Dios, y humillarse uno mismo con ello.
88 Ahora, seguramente, después de todos estos años en el campo y alrededor del mundo, y viendo diferentes personas, yo debería de saber un poquito acerca de la puerta por donde se entra. Y si Uds. quieren llegar algún lugar con Dios, jamás permitan que un espíritu arrogante se acerque a Uds. No dejen que entre la malicia. No importa lo que alguno haga, si están mal, nunca se formen un complejo contra esa persona. ¿Ven? Uds. sean dulces y bondadosos. Acuérdense: Dios les amó cuando Uds. estaban en el pecado. Y si el Espíritu de Dios está en Uds., Uds. amen a esa otra persona cuando esté errado. Ven, sólo oren por ellos, y ámense el uno al otro.
89 Sobre todo, amen a Dios y ámense unos a otros. Y sean humildes con Dios y al estar juntos unos con otros, y Dios bendecirá eso, y uno no se puede imaginar lo que El hará. Por lo general, cuando una iglesia empieza a crecer en número y se hace más grande, o algo así, entonces ellos se alejan de lo genuino, de la cosa genuina.
90 ¿Saben Uds. qué fue lo que trajo estas cosas a suceder, cuando yo primero empecé y el Señor me apareció allá en el río y me dijo eso? Y el Hermano Vayle vio eso, creo yo, en un periódico en Canadá, hace muchos años, donde el Angel del Señor apareció en el río allá; salió en la prensa: "Luz mística sobre un ministro local, mientras bautizaba." Y, ¿saben Uds. qué causó eso? Cuando teníamos la reunión de carpa sólo al otro lado de la calle, una carpa que tenía cupo como para dos mil quinientas personas; ministros venían de muchas partes y me decían: "Hermano Branham, venga aquí un momento." Yo no era más que un muchacho, como, bueno, un niño. Y ellos dijeron: "¿Cómo mantienes a esa gente unánimes? Ellos se aman unos a otros tanto que no hemos visto a gente amarse unos a otros así.
91 Ese es el Señor. Eso fue sobre lo que esta iglesia fue establecida: sobre ese piadoso afecto fraternal unos para otros. No podíamos ni estrecharnos la mano unos a otros, al irnos de un lugar, sin llorar como bebés, al tener que separarse el uno del otro. Ellos se amaban tanto así. Y yo podía ir a visitarles a sus hogares, y muchas veces la Biblia estaba abierta, mojada con lágrimas. Entraba, en la noche, adonde padres y madres estaban reunidos juntos, y sus hijitos en el piso, arrodillados alrededor; y los padres y las madres de rodillas, clamando y orando. Yo me paraba a la puerta y esperaba y esperaba y esperaba. Y ellos no paraban de orar; yo me sentaba en las gradas, y yo mismo me ponía a orar, esperándolos, ven. Y -eso fue . . . Y ellos se amaban unos a otros. Ellos se amaban unos a otros. Solíamos pararnos y cantar ese canto antiguo: Que enlaza nuestro corazón; En comunión, los unos con otros, Iguala a lo celestial. Al irnos de este calor, Se siente profundo el dolor; Pero siempre unidas están nuestras almas, Deseando vernos otra vez.
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