lunes, 21 de abril de 2014

La Oración De Sinceridad.


PARÁBOLAS Y ALEGORÍAS por William Marrion Branham

EL NIÑO QUE NO SABÍA CÓMO ORAR
   Un niño pequeño—pequeño, una vez, allá en el Sur, había un—un dicho, que él estaba de rodillas en un surco donde había estado orando. Y mientras un clérigo pasaba y escuchó al muchachito repitiendo el alfabeto, “A, B, C, D,” etc., y  él estaba de rodillas, de modo que el clérigo se perturbó en gran manera. Así que él escuchó al niño repetir el alfabeto y luego decir: “Amén.”
   Y mientras se levantaba, pues, el clérigo le habló y le dijo: “Hijito, yo soy un siervo del Señor. Y te escuché orando, pero sólo estabas diciendo el alfabeto. Yyo no entiendo la razón que tan sólo estabas diciendo el alfabeto.”
   Él dijo: “Señor, yo no puedo orar.” Continuó: “Yo  nunca he orado. Pero tuve una madre y padre que oraban, los cuales ya se han ido al Cielo.” Y continuó: “Mamá, Ella murió cuando yo era un niño tan pequeño. Pero recuerdo escucharla, cuando ella estaba en dificultades, iba al Señor y oraba. Y ella murió cuando yo era tan pequeño, ella no me pudo enseñar a orar. Y he sido entregado en las manos de una persona dura que me golpea y me trata mal. Y yo estaba…pensé que después que yo había aprendido mi abecedario, si yo podía tomar todas las palabras y decir todas las letras, tal vez Él podía juntarlas todas y entender lo que quise decir.”
   Esa es la oración de sinceridad. Desde luego que Él podía ponerlas juntas. No es cómo oramos, en nuestros labios, es el motivo de nuestro corazón lo que Dios oye. Él algunas ocasiones no oye nuestros labios; Él oye nuestra intención, cuál es el motivo de nuestro corazón.
LA PERSONIFICACIÓN DEL CRISTIANISMO
20 de Enero de 1957

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