Una Exposición de las Siete Edades de la Iglesia
¿ Quien Escribió Este Libro ?
por Rebekah Smith
"Estoy escribiendo un libro, mi comentario
sobre los primeros cuatro capítulos del Libro
de Apocalipsis. Espero tenerlo listo ya pronto."
William Branham, 12 de diciembre de 1964.
William Branham reconoció paternidad literaria de una sola obra mayor durante su vida: Una Exposición De Las Siete Edades De La Iglesia.
El
predicó más de 1,100 sermones, sin embargo, la lista de los que fueron
editados y publicados antes de 1966, ya sea en forma de folleto o libro,
era una lista muy breve: '¿Le Teme Ud. Al Cáncer?', 'Así Como El Águila
Revuelve Su Nido,'
'El
undécimo Mandamiento,' 'Como El Ángel Vino A Mí,' 'Jesucristo El Mismo
Ayer, Y Hoy, Y Por Todos Los Siglos,' y 'No Fui Desobediente A La Visión
Celestial.' En aquel tiempo, el mayor volumen de material impreso
respecto a William Branham se encontraba en las páginas de la revista,
El Heraldo De Fe, en donde publicaban un sermón editado (a veces en
forma por entregas) en casi cada número por 10 años. El sermón número
100, 'Un Mensaje Para Navidad,' fue publicado en diciembre de 1965.
La biografía por Gordon Lindsay, William Branham, Un Hombre Enviado De Dios, y el folleto, 'Sanidad Divina En Las Campañas De William Branham,' fueron escritas en colaboración con William Branham,
una distinción en paternidad literaria que es agradable tanto para el
tema como también para el escritor. William Branham recomendó mucho este
libro y promovió su venta en las campañas de sanidad divina y también
en su oficina. Un Profeta Visita Sur África, y Un Profeta Trae Su Mensaje (en dos volúmenes), por Julius Stadsklev, recibieron semejante acreditación y promoción.
Todas
las obras mencionadas hasta aquí fueron compiladas y/o editadas por
amigos y colaboradores en el ministerio, con la excepción del folleto, 'Jesucristo
Es El Mismo Ayer, Y Hoy, Y Por Todos Los Siglos,' lo cual el Hermano
Branham dictó a su esposa mientras ella lo escribía a mano. Gordon
Lindsay, Anna Jeane Moore Price, Joseph Mattson-Boze, Julius Stadsklev,
Leo Mercier y otros más, tomaron sobre sí la responsabilidad de
presentar las palabras de William Branham al público a través de varias
publicaciones.
Pero la unción estaba sobre el profeta para escribir un libro,
y así como el Espíritu mandó a Juan en Apocalipsis 1:11, "...Escribe en
un libro lo que ves..." el Espíritu Santo estaba imponiendo sobre
William Branham el preparar un registro para todo el mundo.
Le dijo esto a su congregación: "Si yo digo esto y se llega a escribir después de que yo parta las palabras seguirán viviendo." [1]
Hoy, Una Exposición De Las Siete Edades De La Iglesia es
un libro disponible, pero para muchos también es un libro cerrado. Los
eventos que ocurrieron durante la publicación de esta obra autorizada,
muchas veces han sido enfocados y analizados a través de los lentes
oscuros de opinión humana, y en
muchos lugares del mundo ya no es leída ni usada para instrucción, aun
entre los mismos seguidores del ministerio de William Branham.
En este articulo, enfocaremos en los datos y en las controversias pertinentes a la publicación de este libro tan singular.
LA PROPOSICIÓN
El día 4 de diciembre de 1960,
todos los asientos del santuario estaban ocupados, y había gente parada
hombro a hombro por las paredes del Tabernáculo Branham en
Jeffersonville, Indiana. En la atmósfera había una chispa de
anticipación mientras entonaban 'Sólo Creed' y el Hermano Branham caminó
hacia el púlpito.
Al sentarse la congregación, él les declaró de inmediato el propósito de los ocho días de cultos que les quedaba por delante.
El Espíritu Santo le había revelado que él habría de escribir un libro y
enviarlo a todo el mundo, como un aviso y un recordatorio de que
estamos al final del tiempo. [2]
Este comentario para el cual él se estaba preparando a escribir tendría que ver con las siete edades de la iglesia en el Libro de Apocalipsis. Por varias semanas él había investigado tales libros como Las
Dos Babilonias por Hislop, El Libro De Los Mártires por Fox, Los Padres
De Nicea Y Después De Nicea, Padres Antes de Nicea, La Historia Según
Broadbent, Los Datos De Nuestra Fe, y muchos más, para poder fijar
bien el fondo histórico para cada capítulo del libro. La inspiración, la
cual produciría la revelación espiritual del tema, vendría por conducto
del Espíritu Santo mientras él predicaba desde el púlpito de su
iglesia. El sabía que la transcripción de estos mensajes inspirados
servirían como la base para el libro que él había sido comisionado a
escribir. [3]
El
Hermano Branham había pasado los cuatro días antes del comienzo de la
serie aislado en su estudio, buscando la mente del Señor, y en ese
tiempo el Espíritu Santo le llamó la atención a muchos detalles
históricos y espirituales de los cuales él no tenía previo conocimiento.
Luego, por la mañana del 4 de diciembre, le predicó a su iglesia el
primer mensaje de la serie, 'La Revelación De Jesucristo,' y durante los
ocho días de cultos, él predicó un total de 23 horas. Con eso quedó
bien colocado el fundamento para el libro que habría de escribir.
Fue
un trabajo muy arduo el transcribir los 10 mensajes de los rollos de
cinta de siete pulgadas en las cuales habían sido grabados. La Hermana
Ruth Sumner de Tifton, Georgia, se dio por voluntaria para esta obra de
mecanografía, y el día 4 de octubre de 1962, en el Tabernáculo en
Jeffersonville, le entregó al Hermano Branham el manuscrito completo.
Unos momentos después él pasó a la plataforma y le dio las gracias ante
el público por su tremendo esfuerzo. [4]
Pasarían 13 meses más sin tomarse otro paso hacia el cumplimiento del libro. Pero el Hermano Branham tenía en mente un plan.
EL MANUSCRITO
En
1948, cuando se editó el primer número de la revista, La Voz De
Sanidad, una joven de diecinueve años desempeñó un papel muy importante
en su publicación. Su nombre era Anna Jeanne Moore, la hija del Hermano Jack Moore, de Shreveport, Louisiana, siendo él un amigo íntimo y un asociado del Hermano Branham.
Los
vivos recuerdos que Anna Jeanne aún preserva de aquel empuje inicial de
las grandes campañas de sanidad divina, de las cuales ella formaba
parte, nos muestran un punto de vista asombroso de la atmósfera en
aquellos días tan sobresalientes:
"Había
gente, gente, y más gente que le seguía [al Hermano Branham], y desde
luego, yo lo relacionaba todo a los días de Cristo y como era que le
habrán seguido a El. Me parece que Dios invistió en él esta fórmula
maravillosa para atraer atención a Sí mismo, porque en realidad eso es
lo que sucedió. De repente causó que la gente enfocara la atención en
Dios. Habíamos estado viviendo una existencia tan ligada al sentido,
como el conseguir un vestido nuevo para el próximo domingo, y en general
manteniéndonos al tanto del mundo material. De repente parecía que ese mundo se desplomó. Era como si nos habíamos trasladado a los días de Jesucristo.
Yo me comparaba a una de las seguidoras, como María o Marta, que estaba
tan intrigada por la presencia de Dios en el hombre, que todas las
demás cosas cayeron a los lados. Uno ni siquiera podía pensar en otras
cosas. Y lo mismo sucedió con todas mis amigas y amigos. Dejaron sus
trabajos, dejaron de estudiar en la universidad, era como si se habían
desprendido de la vida, para aprovecharse de esta atmósfera tan hermosa
de la cual uno podía gozar en estas reuniones." [5]
Ella
también dejó sus estudios en la universidad para dedicarse a la
publicación de la revista, un cargo que mantuvo por cuatro años,
aprovechando de sus habilidades de una excelente escritora y eficiente
gerente de oficina. La forma tan experta en que desempeñaba su trabajo,
junto con su conducta tan ejemplar, fueron detalles que el Hermano
Branham tomó en cuenta y apreció mucho. En su opinión, el éxito de La
Voz De Sanidad se debía a la aptitud y la suficiencia de Anna Jeanne.
En
1963, Anna Jeanne y su esposo, Don Price, estaban viviendo en Dallas,
Texas, en donde estaba establecido entonces la oficina de La Voz De
Sanidad. Anna Jeanne tenía dos hijos pequeños y no disponía de
suficiente tiempo para la revista, pero su esposo era entonces el
gerente de la imprenta. Ambos se sorprendieron al recibir una llamada
telefónica de la oficina del Hermano Branham, preguntando si ella tendría interés en editar un manuscrito largo que el Hermano Branham estaba preparando para publicar.
Aunque
estaba segura de que sus responsabilidades de familia no le permitirían
suficiente tiempo para tal proyecto, de todas maneras su alto concepto
del Hermano Branham demandaba que cuando menos revisara el texto antes
de llegar a una decisión final. El manuscrito textual, así como lo había hablado el Hermano Branham, fue colocado en sus manos a fines de noviembre de 1963,
mientras ella asistía a una serie de cultos en la iglesia de su padre
en Shreveport, Louisiana, donde estaba predicando el Hermano Branham.
Aunque
tenía tremendo conocimiento del ministerio del Hermano Branham durante
los años de las campañas de sanidad, Anna Jeanne Moore Price no estaba
al tanto de las enseñanzas que llegaron a ser el énfasis principal
durante los últimos años de su ministerio. Por lo tanto, mientras
estudiaba el manuscrito, se dio cuenta de que su falta de conocimiento
de los temas doctrinales allí contenidas le prohibirían seguir con el
proyecto.
A
la vez, había una segunda razón que prohibía su participación. La
persona que le entregó el manuscrito en Shreveport le había instruido
que únicamente se le permitía editar el manuscrito con respecto a la puntuación; el texto en sí tenía que permanecer literal.
Tanto su inclinación natural como también su experiencia como editora
resistían ante aun el pensamiento de que se publicara un texto que no
haya sido corregido gramaticalmente. Lo raro es que nunca se le explicó que estas instrucciones procedían de la imaginación del enviado, y no del autor del libro.
Anna
Jeanne quería decirle en persona, a su amigo, que ella no podría
ayudarle con su libro. Juntamente con sus padres, ella viajó en avión a
Birmingham, Alabama, en abril de 1964, para ver al Hermano
Branham y entregarle el manuscrito que había tenido en su posesión por
cinco meses. Ocho años después cuando fue entrevistada, ella misma dio
estos detalles con respecto a aquella experiencia:
"Papá
y yo fuimos al hotel donde estaba hospedado el Hermano Branham. Yo
simplemente le quería decir en persona que mi sugerencia sería que le
ayudara alguien de su propio grupo, alguien que podría viajar y estar
cerca (porque para entonces tenía un número de personas que habían
dejado sus hogares para seguirle). Le dije que yo no podía hacer eso, y
¿no sería mejor que alguien tomara cargo del escribir, alguien que
estaría siempre cerca? Tal persona tendría el acceso diario, y podría
decirle, 'Hermano Branham, aquí está una frase incompleta, ¿qué quiso
Ud. decir aquí?'" [6] Ella nunca le expresó las dudas que tenía con respecto al hecho de que (según las instrucciones erradas que había recibido) el libro debiera imprimirse textualmente.
El Hermano Branham pareció confundido ante su rechazo de aceptar el proyecto,
y ella sintió que le dolió profundamente. Unos momentos después comenzó
a darse cuenta con qué seriedad dependía de ella para el trabajo de
editar esta obra cuando dijo: "Anna Jeanne, pienso que olvidaré el libro por completo. Si deseas, simplemente puedes perder ese manuscrito." No
pudiendo tomar un paso tan extremo como ese, se decidió buscar a un
hombre que ella sabía era un amigo íntimo del Hermano Branham, y a la
vez uno que ella sentía era calificado para el trabajo. Su nombre era Lee Vayle.
Según
se acuerda el Hermano Vayle, "Un cierto día allá en Birmingham,
Alabama, Anna Jeanne Price llegó a donde yo estaba y me dijo: 'Hermano
Vayle, me molesta mucho que no puedo ayudarle al Hermano Branham con lo
que me ha pedido. Ud. lo conoce y conoce lo que enseña. ¿Lo ayudará Ud.?
¿Qué tal si le entrego a Ud. este manuscrito?'
"Entonces fui con el Hermano Branham y le dije: 'Hermano Branham, Anna Jeanne me ha entregado este manuscrito, y si Ud. así lo desea, yo haré con esto lo que Ud. me diga. Yo lo arreglaré con gramática correcta.'
El dijo: '¿En verdad lo hará, Hermano Vayle?'
Le respondí: 'Absolutamente.'
Me dijo: 'Muchas gracias. Se lo agradezco.'
Yo
le dije: 'Ud. me va a tener que ayudar, lo cual significa que Ud.
tendrá que revisar todo lo que yo haga.' Él estuvo de acuerdo, y así fue
como empezamos." [7]
El ESCRIBIR
El
Hermano y la Hermana Vayle alquilaron un pequeño apartamento en la
ciudad de Beaumont, Texas, e inmediatamente comenzaron a preparar un
bosquejo del material contenido en el manuscrito. Durante los tres años que habían pasado desde la predicación de "Las Siete Edades," el Hermano Branham había predicado otros mensajes muy claves, incluyendo la serie de "Los Siete Sellos." El Hermano Branham deseaba que mucho de ese material también se incorporara en el libro para que fuera lo más completo posible. Por lo tanto, una parte del trabajo del Hermano Vayle era de reconstruir el manuscrito original y 'ponerlo al día.'
Al terminar de escribir cada capítulo en máquina, las páginas fueron enviadas al Hermano Branham para que las corrigiera. Algunas
personas tuvieron la oportunidad de tener una vista anticipada de este
nuevo libro cuando el Hermano Branham les pidió que se lo leyeran en voz
alta. Billy Paul y Rebekah pasaron horas innumerables con su padre,
revisando y corrigiendo el manuscrito. Betty Collins Philips, hija del
Hermano Willard Collins, y el Hermano Pearry Green, un ministro que en
ese tiempo vivía en Texas, también le leyeron porciones en voz alta en
algunas ocasiones. Cada persona que ayudó en este asunto recibió las
mismas instrucciones: Lea despacio y claro; haga una pausa de algunos
momentos al fin de cada párrafo. Muchas veces el Hermano Branham pedía que se le repitiera varias veces cierta frase, o cierto párrafo o hasta una página entera.
Casi todas las correcciones fueron hechas en pluma, allí mismo en la
página, o a la vuelta de la hoja mientras el Hermano Branham las
dictaba; él pensaba que su letra sería muy difícil de entender. Las
correcciones extensas fueron escritas en máquina, luego numeradas para
indicar en donde debían ser insertadas.
Además, el
Hermano Branham grabó en cinta varias horas de respuestas a las
preguntas que el Hermano Vayle le había enviado para mejor aclarar
ciertos puntos en el libro. Cuando menos en una ocasión, su
respuesta prolongada fue anticipada por una nota personal para el
Hermano Vayle: "Bien Hermano Lee, quiero que Ud. espigue a través de
todo esto, porque como Ud. mismo sabe, Ud. es una persona bien
intelectual, y Ud. sabe lo que le atraerá la atención a la gente
intelectual. Si a Ud. le parece bien, escríbalo." [8]
Se escogieron las palabras correctas para un párrafo respecto a la predestinación durante
una llamada telefónica de 45 minutos. Otra pregunta se resolvió un
cierto día domingo por tarde, entre cultos, durante una discusión de
cuatro horas y media en un hotel. La porción con respecto al Libro de la
Vida del Cordero fue escrita después de que el Hermano Branham y el
Hermano Vayle pasaron 11 días juntos en Tucson, trazando el tema.
Cuando
le llegó el capítulo de La Edad de Pérgamo, el Hermano Branham se fue
al desierto para leerlo. Se quedó con esas hojas por 30 días, revisando
cada detalle para estar seguro de la base histórica que el Hermano Vayle
había investigado y añadido al texto original.
Cuando
el manuscrito nuevo fue terminado, entonces fue enviado a la gran
imprenta de La Voz de Sanidad en Dallas, Texas, para la composición y la
impresión del libro de pasta dura.
Sin
la facilidad de las computadoras del día de hoy, el trabajo de revisión
fue algo difícil y consumía mucho tiempo. Hubiera sido mucho más fácil
para el Hermano Vayle si la obra de composición se hubiera hecho más
próximo a donde él vivía. Sin embargo, el material se mandó por correo
de su hogar en Beaumont a la imprenta en Dallas. De mucho más
importancia que la inconveniencia era el hecho de que el Hermano
Branham deseaba que el trabajo fuera hecho por alguien que él conocía y
en quien tenía confianza, su amigo Gordon Lindsay, dueño de la compañía
en Dallas.
En el primer tiraje se produjeron cinco mil ejemplares. Se diseño y se mandó a imprimir una sobrecubierta, pero al último momento se cancelo la orden, dejando
que fuera un libro azul y muy sencillo. Las letras doradas en la
portada declaraban que era Una Exposición De Las Siete Edades De La
Iglesia por William Branham.
Mientras
el libro todavía estaba en el taller de encuadernación, hablando desde
el púlpito de la iglesia del Hermano Jack Moore, en Shreveport,
Louisiana, el Hermano Branham declaró: "Uds. han visto en mi
libro...todo estará bien trazado en Las Siete Edades De La Iglesia, lo
cual El me dio; y al lado del cual me paro como testigo ante Dios para
ser juzgado en el día del Juicio. Eso vino de Dios, no de mi propio
pensar." [9]
Los
primeros ejemplares del libro fueron entregados al Hermano Branham la
noche del 4 de diciembre de 1965, en Yuma, Arizona, cuando hubo
terminado de predicar 'El Rapto.'
LAS INTERROGANTES. Por varios meses antes de su distribución, habían circulado rumores de que existían errores graves en el libro Una Exposición De Las Siete Edades De La Iglesia. La
duda que estaba creciendo entre el ministerio era de que quizá este
libro era de Lee Vayle y no propiamente del Hermano I3ranham. Con
la intención de calmar la tormenta que se estaba armando, el Hermano
Branham indicó que habría algunos que estarían confundidos por algunas
cosas que él dijo en el libro respecto a los dos libros de la Vida.
Dio una breve definición, luego mencioné que más temprano ese mismo día
había revisado detalladamente el tema con el Hermano Vayle y que había
determinado que así como estaba escrito estaba correcto. [10]
Pero esa era solamente una de las interrogativas que se estaban voceando, y el debate continuó creciendo.
En
Yuma, Billy Paul se disgustó con el libro al ver la primera página. En
su opinión, la foto de su padre, que ocupaba la página entera, estaba
estropeada por el hecho de que el dibujo en la próxima página se podía
ver a través del papel. Por la frente del Hermano Branham se podían
ver claramente algunas de las estrellas que representaban los mensajeros
de las edades. Enojadamente se quejó: "¡Es increíble que Gordon Lindsay
emplearía un papel de tan poco valor!"
El Hermano Branham tomó el libro y estudió de cerca la página. Por fin declaró: "Paul, Gordon Lindsay no tuvo nada que ver en el asunto. Aquí no hay ningún error; así es como debe ser." [11]
Un cierto Hermano a quien se le ofreció uno de los primeros libros, expresó claramente la duda que le molestaba: "Hermano Branham, he oído decir que el Hermano Vayle ha cometido errores doctrinales en este libro. ¿Es cierto eso?"
Sin responderle, el Hermano Branham se dirigió a Billy Paul y le dijo que no entregara ni un libro más hasta que él mismo hubiera leído el libro y hubiera hablado con el Hermano Vayle. "Llama a Lee, y dile que me vea en Tucson en una semana." [12]
En
privado le hizo esta pregunta a un amigo: "¿Piensa Ud. que alguien
hubiera insertado algo en mi libro antes de que fuera impreso?"
Al
día siguiente, el Hermano Branham, Billy Paul, Rebekah, y su amiga
Betty Collins, salieron de Yuma, viajando hacia Rialto, California,
donde ya estaba programado el culto para esa noche. En el automóvil,
mientras Billy Paul manejaba, las señoritas se turnaron en leer en voz
alta de nuevo libro para el Hermano Branham. Betty recuerda que le pedía
que leyera nuevamente varios párafos, y en más de una ocasión él decía:
"¡ Eso está muy bien!" [13]
Al regresar a Tucson, el Hermano Branham pasó por la casa del Hermano Willard Collins,
para que le revisara un problema que tenía con el carro. El Hermano
Collins recuerda que al estar revisando el carro, él hizo mención del
libro. "Dije: 'Hermano Branham, he oído que existen algunas cosas en el libro nuevo que no suenan exactamente bien.'
El dijo: '¿Qué cosas son?'
Dije: 'Pues, para comenzar, entiendo que individuos podrán llegar al Cielo sin haber nacido de nuevo.
El dijo: 'Eso no suena bien. Permíteme ir a casa y revisar eso y más tarde le llamaré.'
"Cuando él llamó yo no estaba y él habló con mi esposa. Le dijo a ella que me dijera a mí que el Libro De Las Siete Edades De La Iglesia era correcto. Más tarde lo vi y él me hablé de algunas cosas que me estaban molestando, y me enfatizó que el Libro De Las Edades era correcto. Yo entendí que cuando él me dijo 'El Libro De Las Edades es correcto,' que con eso él abarcaba todo el libro." [14]
El día 12 de diciembre de 1965; el Hermano Lee Vayle se encontró con el Hermano Branham en el hogar de Billy Paul, en Tucson, y juntos revisaron las porciones controversiales del libro,
y de manera especial, las porciones que tenían que ver con el Libro de
la Vida y el Libro de la Vida del Cordero, en donde se enfocaba la
polémica.
Ya
satisfecho, esa noche el Hermano Branham predicó el mensaje, Comunión,
en el Tabernáculo de Tucson. Después del culto, en el estudio del
Hermano Pearry Green, él firmó un cheque para pagar la deuda de la
imprenta y dio orden que se distribuyeran los dos mil ejemplares del
libro, los cuales ya había recibido. Él firmó aproximadamente 15
ejemplares para el ministerio.
UNA NOTA PERSONAL
En cada año desde 1965
hasta 1989, la Asociación Evangelística de William Branham ha impreso
10 mil ejemplares de Una Exposición De Las Siete Edades De La Iglesia en
inglés. En 1990 se imprimieron 30,000 ejemplares para suplir la
necesidad por todo el mundo. [15] El libro ha sido traducido en más de doce idiomas.
Pero
la controversia alrededor de este libro ha continuado, sin disminuir.
Han habido repetidos esfuerzos para desacreditarlo, y en ciertas
ocasiones, gente convencida de que el libro no era del Hermano Branham,
han construido fogatas ardientes con ejemplares descartados. Yo
considero estos hechos como una victoria para Satanás y una tragedia
para los Creyentes.
En
mi mente no hay ninguna duda de que Una Exposición De Las Siete Edades
De La Iglesia es el libro de William Branham. Y conociendo, de primera
mano, qué tanto él luchó para que se publicara, no puedo permanecer
neutral con respecto a quién fue el autor. Si Ud. no lo ha hecho
últimamente, le animo a que le dé otra mirada a este muy importante
libro azul.
Dirigiéndose
a su iglesia durante el tiempo de la composición del libro, el Hermano
Branham se refirió al hecho de que un interrogante que había molestado
al ministerio por muchos años ya pronto se resolvería en las páginas del
Libro De Las Edades. Con excitación en su voz, dijo: "¡...pero esperen hasta recibir el libro! Entonces lo entenderán, si es que tienen Luz alguna." [16]